Cómo ser más productivo trabajando en remoto

Estos dos últimos años, en material laboral, han sido totalmente revolucionarios. Con la pandemia del coronavirus las empresas han adoptado nuevas medidas, y muchas de ellas han llegado para quedarse. Quizás la que más ha puesto todo patas arriba ha sido la irrupción del teletrabajo. En Qindel ya implantamos esta forma de trabajar incluso antes de que todo esto ocurriese, pero muchas empresas y empleados se han visto obligados a marchas forzadas a saber trabajar de esta manera. Y es que puede producirse una disociación entre trabajar en la oficina y trabajar en casa que puede afectar directamente en la producción. Es decir, muchos de nosotros concebimos la oficina como el espacio donde debemos desempeñar nuestras labores profesionales, y nuestro hogar como en el que atendemos nuestras necesidades personales. Mezclar estos dos mundos puede ser complicado en muchas ocasiones: distracciones, procrastinación, horarios interminables...

Es por esto que en este artículo os damos una serie de consejos para mitigar este problema de la mejor forma posible.

Establece un horario

Antes de iniciarte en esto, lo ideal es tener claro cuándo vas a comenzar la jornada laboral y cuándo vas a terminar. Puede parecer básico, pero créeme cuando te digo que es muy fácil que se te vaya de las manos. Y es que según un estudio publicado en la revista Forbes, con el teletrabajo solemos trabajar de media dos horas más que cuando lo hacemos en el lugar de trabajo habitual.

En la medida de lo posible, márcate el mismo horario que cuando ibas a la oficina. Y si es un nuevo trabajo, pues uno en el que puedas atender tus necesidades personales sin que sea un auténtico infierno. Ajusta también los descansos para comer y demás, y comunícalo a tus superiores.

Ojo, habrá distracciones, pero si estás en tu horario de trabajo concéntrate en cumplirlo e intenta que estas te ocupen el mínimo tiempo posible. Si puedes postergarlas, mejor que mejor. Y por supuesto nada de hacer labores del hogar, cocina y demás durante el horario marcado. Esto, lo único que hará es distraerte más y alargar la jornada hasta el infinito.

Vístete adecuadamente

Esto puede parecer una nimiedad, pero es más importante de lo que parece. ¿De qué hablo cuando digo que te vistas adecuadamente? Me refiero a no trabajar en pijama o similar. ¿Irías a la oficina vestido de esa guisa? Seguro que no. Pero ya no solo hablo de estética, si no de cómo nuestra mente interpreta distintas rutinas con acciones. Me explico. La ropa que utilizamos en la cama es muy cómoda y todo eso, pero nuestro cerebro la asocia al relax y al descanso. Mientras que la ropa de calle la asocia con la actividad. Cosa que nos interesa.

Así que, antes de comenzar tu jornada laboral, quítate el pijama y ponte una ropa cómoda y presentable. Verás como tu mood será completamente distinto.

Cuenta con un espacio propio

Sé que esto a veces es complicado, pero ayuda mucho. No todo el mundo puede permitirse tener una habitación propia en su hogar donde desempeñar sus actividades profesionales. Sinceramente es lo ideal, pero como he dicho antes, es difícil. Aún así también puede servir de la misma manera el hecho de contar un rincón seguro dentro de alguna de las salas de la casa. Por ejemplo, un pequeño escritorio en el salón, o en el dormitorio, donde podamos trabajar en paz, aunque tengamos que compartir la estancia.

Evita el moverte por las habitaciones con el portátil sin rumbo, y echa raíces en un sitio fijo. Si puede ser libre de ruidos y con luz natural, mucho mejor. De esta manera nuestra mente identificará la habitación o el rincón seguro como sitio de trabajo, aumentando así la productividad.

Organiza tus tareas

Antes de comenzar la jornada, debes tener claras las tareas que vas a realizar hoy. Para ello puedes ayudarte de una checklist, o bien de una agenda de las de toda la vida. Para poder planificar cada día, lógicamente debes hacerlo el día anterior. Es mejor planificar lo que viene y no hacerlo sobre la marcha. Así que como última tarea anota la de escribir las tareas del día siguiente. Cómo verás, siempre es más sencillo trabajar sobre objetivos.

Toma descansos

Y por último el consejo más importante de todos, los descansos son vitales para producir. Hacer pausas está comprobado que mejora la calidad de trabajo y mantiene el funcionamiento del cuerpo de una manera saludable evitando problemas como el síndrome del trabajador quemado.

Hay mucha literatura sobre esto. Hay gente que descansa 10 minutos cada dos horas trabajadas, otros aplican la técnica Pomodoro... El caso es saber concentrarse cuando hay que hacerlo y llevar a cabo pequeños descansos que reseteen esa concentración para no frustrarnos.

 8/08/22       producitivdad, teletrabajo